La retroalimentación háptica es un tipo de comunicación táctil, generalmente en forma de patrón de vibración. La mayoría de los usuarios que están familiarizados con esto lo reconocerán por la vibración de su teléfono inteligente cuando presiona una tecla en el teclado o por un controlador cuando presiona un botón.
La retroalimentación háptica, o háptica para abreviar, es una forma en que la tecnología interactúa a través del tacto, en lugar de la vista o el sonido (aunque las vibraciones a menudo producen un sonido audible). Esta tecnología se puede encontrar en todo tipo de dispositivos móviles (vestibles, controladores, teléfonos móviles) e incluso en dispositivos estacionarios como automóviles y consolas de juegos.
¿Para qué se utiliza la retroalimentación háptica?
Los hápticos sirven para una variedad de propósitos: en la industria del entretenimiento, generalmente se trata de complementar la experiencia del usuario con algo que de otro modo no podría simularse: una sensación física. En la industria automotriz se utiliza como herramienta de advertencia, una forma de llamar la atención del conductor sin obligarlo a apartar la vista de la carretera.
En los teléfonos móviles, se utiliza a menudo con teclados, para que el usuario sepa que realmente se ha registrado una pulsación de tecla. Normalmente se puede apagar y la intensidad de la vibración también puede variar según las preferencias del usuario.
Otro tipo de hápticos
Si bien la retroalimentación háptica se refiere a un dispositivo que se comunica con un usuario, existe otra versión: la háptica cinestésica registra cómo un usuario interactúa con un dispositivo. Esto podría, por ejemplo, detectar con qué fuerza se presiona un botón o incluso dónde, en una configuración de realidad virtual, un usuario mueve sus manos.